El fuego del amor

Yo Solo entré al convento ,

rocié el

lu gar con

para fina ,

_Y le prendí Fuego_

Todo lo que hice fue por aMor.

Un Cuento de Semana Santa

VOZ EN OFF: Esto que os relataré a continuación es de ocurrencia verdadera y sucedió hace poco, no muy lejos de aquí.

Érase la Tercera Reunión Anual de la Asociación Mundial de Coprofílicos Unidos que reúne a la creme la creme de los académicos y aficionados a la práctica de la caca.

Estábanse todos los miembros de la asociación felices y dichosos, intercambiando opiniones y experiencias, comentando sobre distintos tipos de caca que conocían, y hablando sobre los múltiples usos que a ella le daban.

Todo marchaba como había sido planeado, hasta que la concurrencia comenzó a agitarse, poco a poco se fueron entusiasmando, y en momento de jubilosa alegría comenzaron a gritar:

¡Viva el escremento!

¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!

¡Viva el escremento!

Era tal la energía que ponían en vitorear al elemento de su adoración que casi no podía oírse otro sonido que las alabanzas al excremento.

Todo esto duró por algunos minutos, luego, inesperadamente surgió un intenso hedor que llenó todo el centro de convenciones. Nadie comprendía lo que estaba sucediendo,

La incertidumbre campeó entre los asistentes hasta que de la penumbra surge una tenue voz que exclama:

¡Hola amigos!

Todos estaban consternados, ahora frente a sus ojos tenían un extraño ser desconocido, entonces sin vacilar le preguntan:

¿Y quién eres tu, oh maloliente engendro que osas venir a interrumpirnos en este sagrado momento?

A lo que el desconocido responde:

Pues bueno, yo soy precisamente el excremento.

Ante lo cual, todos los devotos miembros de la Asociación Mundial de Coprofílicos Unidos, cual coro celestial proclaman sin cesar:

… y vivió!!!

MORALEJA: si jebus revive, porke no el Exkremento? ahh!